La posada Magoria se sitúa en la villa de Ansó (Huesca), en un marco incomparable, el pirineo aragonés. Pero no solo el entorno es destacable, sino la propia villa ha sido declarada bien de Interés Cultural. Todo esto hace que sea una opción muy interesante de alojamiento para unos días de relax y naturaleza.
Como es comprensible, llegar a allí no es tarea fácil. Las carreteras son carreteras de montaña, lo que te obliga a ir como mucho a 50 km/h. Pero el que algo quiere algo le cuesta, y en este caso, el esfuerzo merece la pena.
Índice de contenidos
La casa
La casa data de 1916, aunque fue reformada al completo por los actuales dueños de la posada en 1999. Han querido conservar el estilo antiguo, respetando el mobiliario y el carácter que ya tenía. El resultado ha sido inmejorable. Los detalles de época inundan cada rincón, convirtiendo la posada en una ventana perfecta al pasado.
En la planta baja se sitúa la cocina y el comedor, donde se sirven los desayunos y cenas. Desde aquí se accede al velador, totalmente acristalado y con unas vistas geniales al exterior. Si se cruza la puerta, se accede al jardín desde donde se puede disfrutar de la belleza de todo valle. Justo debajo, se encuentra el huerto del que os hablaré más tarde.
El primer piso es la vivienda de los propietarios, del cual solo se puede acceder al rellano de la escalera. Al siguiente lo denominan la planta noble, ésta ya sí con habitaciones disponibles. Desde un bonito rellano decorado con muebles de época, pertenecientes a los anteriores propietarios, se acceden a las habitaciones de este piso.
Escaleras arriba se llega a la última planta, la buhardilla, en la que un largo pasillo da acceso a las habitaciones. Esta planta tiene la peculiaridad de que el pasillo cuenta con una barandilla que comunica con el piso inferior y que nos muestra el entramado de madera y luceros del techo.
Las habitaciones
Nosotros nos alojamos en una habitación con cama de matrimonio situada en el último piso, la buhardilla. Estas habitaciones tienen ese toque rústico tan bonito que le da el entramado de madera del techo.
Además de la cama de matrimonio, la habitación tiene una mesita de noche, una mesa con dos sillas y un perchero. Todo conservando ese estilo antiguo y rústico. También se dispone de mantas, algo a tener muy en cuenta en los días de invierno.
La habitación cuenta con wifi gratuita, al igual que todo el establecimiento. Algo que agradecimos ya que nuestros móviles no tenían buena cobertura por esa zona. En las habitaciones no hay televisión, aunque, en un sitio así puede ser algo que se agradezca, ya que te empuja a disfrutar más del entorno.
Los dueños nos enseñaron las habitaciones del piso noble. Estas habitaciones son diferentes a las de la buhardilla. Tienen muebles originales de principios del siglo XX que son una verdadera joya y una decoración más clásica y menos rústica que las habitaciones de la planta superior.
El baño
La habitación cuenta con baño privado y es curioso cómo se conecta con la habitación. La mitad superior de la pared que une dormitorio y aseo no es de ladrillo, sino de un cristal traslúcido que da mucho carácter a la estancia.
El baño también conserva ese estilo de principias del siglo pasado, que tan bien se refleja en la grifería.
Se proporciona jabón de manos y dos juegos de toallas. Quizás, si echamos en falta un set de amenities o un dispensador de gel en la ducha.
El personal
Los dueños son personas muy amables y serviciales, cuya filosofía de vida se ve totalmente plasmada en el establecimiento, dándolo un toque personal y diferente y que seguro les diferencia del resto de alojamientos de la zona. Algunos de estos aspectos son la comida que ofrecen, que es ovo-lacto-vegetariana y las actividades que se dan en la posada, como sesiones de sanación energética.
Conocen muy bien la zona, cuentan con folletos y mapas a disposición de los clientes y te aconsejan sobre qué actividades hacer. De hecho, a nosotros nos recomendaron una cueva en la zona de Francia, la Verna, que por desgracia no pudimos visitar, pero que parecía realmente impresionante. Fue la espinita del viaje.
La comida
Sin duda, este es uno de los puntos que más les diferencia de otros alojamientos del pirineo. Toda la comida que ofrecen es ovo-lacto-vegetariana, es decir, se basa en vegetales, huevos, leche y derivados y miel. En este tipo de alimentación se excluye todo producto que sea de origen animal excepto la leche, huevos y miel.
Además, y como punto a favor, todo lo que allí se sirve viene de su propio huerto o de proveedores de productos ecológicos. Todos los productos son de calidad, tanto en sus propiedades como en sabor.
El desayuno
Se toma en la gran mesa del comedor, lo que propicia la relación con otros huéspedes del alojamiento. Esto crea ese ambiente íntimo y casero que se busca en este tipo de estancias.
En el desayuno se dispone de Kéfir, leche (de vaca, de soja y de arroz), café, cacao, té (una mezcla que hacen ellos mismos), muesli (que ellos mismos elaboran y tuestan por la mañana), frutos secos, pan tostado, tahina, mermeladas, mantequilla y fruta variada.
La única pega que le pondría sería que pese a ser productos de muy buena calidad, el precio, 7 €, me parece algo caro.
La cena
No pude disfrutar de ella, por lo que no tengo opinión propia. Lo único que si puedo decir es que oí muchos elogios por parte de otra pareja que había cenado la noche anterior allí.
La cena, por supuesto, es ovo-lacto-vegetariana y preparada con los productos del huerto. El precio por persona es de 16 €.
Conclusión
Una posada recomendable por cómo es el edificio, el propio pueblo y todo lo que le rodea, y por la filosofía de vida que tan bien han plasmado sus dueños. Un alojamiento diferente y con encanto.
Lo bueno: la casa y el entorno, la calidad de los alimentos, la amabilidad de los dueños y el conocimiento que tienen de los atractivos de los alrededores.
Lo malo: falta de amenities en el baño, el precio del desayuno y la dificultad para aparcar (el establecimiento tiene dos plazas, aunque ellos te indican otras posibilidades cercanas).
Datos prácticos
Nombre: Posada Magoria.
Dirección: Calle Milagro, 32, 22728 Ansó.
Precio: 55 € habitación doble con baño privado.
Wifi: Sí, gratuito.
Desayuno: 7€, buffet.
Servicios: Calefacción, Baño privado, vistas a la montaña, servicios de desayuno y cena vegetarianos, jardín.
Reservas: se pueden realizar por teléfono a través del número 974 370 049, por mail o desde ciertos portales de reserva conocidos como booking. Si queréis saber más sobre este alojamiento y todo lo que ofrece, visitad su web.
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