Samarcanda es uno de los lugares más famosos de la ruta de la seda y también una de las principales ciudades turísticas de Uzbekistán. Cuenta con una joya arquitectónica de la que será imposible que no te enamores, la plaza del Registán. Pero, además de esta impresionante plaza, existen otros lugares que no te puedes perder si visitas Samarcanda durante 1 o 2 días. En este artículo del blog te contamos qué ver en Samarcanda si tienes un solo día o qué ver en el día uno, si cuentas con más días en la ciudad.
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Tren desde Tashkent a Samarcanda
Una de las formas más comunes de ir de Tashkent a Samarcanda es en tren, en concreto en tren de alta velocidad. Los más famosos son los trenes Afrosiyob, que alcanzan hasta los 250 km/h, aunque también son los más caros. En nuestro caso, debido a que no conseguimos asientos en este tipo de tren, reservamos en uno de tipo Sharq que, aunque no va a tanta velocidad, sigue siendo bastante rápido. Al igual que hicimos con los otros trayectos del viaje, compramos nuestros billetes directamente desde la web Ferrocarriles de Uzbekistán. El billete de Tashkent a Samarcanda nos costó 100.719 UZS (unos 8,27 €) por persona, en asientos de categoría 1C. Esta transformación de divisa y las del resto del artículo se han realizado con el cambio de moneda que hay en el momento de la publicación del post (10.000 UZS = 0,82 €).
Si tenéis problemas con la web Ferrocarriles de Uzbekistán (ha habido gente que nos lo ha comentado), otra opción que tenéis para comprar los billetes de tren en Uzbekistán es a través de la web 12Go. Aunque nosotros nos la usamos en este viaje, sí que lo hemos hecho para otros viajes y funciona genial.
Para ir desde el hotel en el que habíamos dormido en Tashkent, (Grand Art hotel), hasta la estación de tren, fuimos en un taxi que nos facilitaron directamente los del hotel. Por un trayecto de unos 10-15 minutos pagamos solo 9.000 UZS (0,74 €). Por cierto, es importante que le digáis al taxista a qué estación vais en Tashkent, porque dependiendo del tren que cojáis puede que sea una u otra. Lo mejor es enseñarle el billete de tren que tengáis reservado y listo.
En la estación, mientras esperábamos a montarnos en el tren, ocurrió lo que ya habíamos leído que podía pasar. Uno de los supervisores intentó convencernos para que le sobornásemos. Quería que le pagásemos 10 dólares cada uno para que él nos colase en unos asientos VIP en compartimento privado con cama. El tema es que nuestros billetes ya eran de los que tenían un compartimento privado, aunque sin cama, eso sí. En fin, no estábamos interesados en cambiar y arriesgarnos a tener problemas con otro revisor dentro del tren. Los billetes nos habían salido baratos y sabíamos que íbamos a ir suficientemente cómodos. Y así fue, tras tres horas de trayecto, llegamos sobre las doce del mediodía a nuestro destino. Teníamos el resto del día para descubrir los principales lugares de Samarcanda.
Por cierto, hablando de sobornos y seguridad en los viajes, nosotros siempre os recomendamos que vayáis con un seguro de viaje por lo que pueda pasar. Recordad que tenéis un 5% de descuento con IATI a través de este enlace.
Cómo ir de la estación de tren de Samarcanda al hotel
Lo más normal es que lleguéis a Samarcanda en tren desde Tashkent o Bujará, como fue en nuestro caso, aunque también podrías optar por ir en avión. Tenéis un montón de información de cómo funciona el tren en Uzbekistán, cómo comprar un billete, los tipos de tren que hay, los precios, el tiempo que se tarda de una ciudad a otra, etc. en la Guía de viaje: Uzbekistán en 12 días. Para ir de la estación de tren a vuestro hotel en Samarcanda, las mejores opciones son coger un taxi en la puerta de la estación o contratar un traslado privado a vuestro hotel.
Si, como nosotros, optáis por la opción del taxi, os recomendamos que preguntéis el precio que os ofrecen por llevaros al hotel y negociéis ese precio si os parece muy caro. Decidles el nombre del vuestro hotel y que os digan el precio por llevaros a allí, si os parece muy caro, preguntad a otro o pedidles que os bajen el precio. Aunque la verdad es que el coste del taxi es ya bastante barato. Para que tengáis una referencia, nosotros pagamos 30.000 UZS (unos 2,46 €) por que nos llevasen a nuestro hotel, el Rabat Boutique Hotel, en un trayecto de unos 8 km y que se tarda poco más de 15 minutos. Aunque era un precio algo más caro de lo que teníamos en mente, no queríamos andar regateando por solo un euro, por lo que aceptamos el primer precio que nos dio.
En caso de que prefiráis el traslado privado a vuestro hotel, tenéis que saber que es una opción algo más cara, pero tenéis la comodidad de que tendréis a alguien esperándoos a la salida de la estación y el proceso será mucho más sencillo.
En nuestro viaje, el tren llegó sobre las 12:00 del mediodía, por lo que sobre las 13:00 ya habíamos hecho el checking en el hotel y estábamos listos para disfrutar de la joya de Uzbekistán, la plaza del Registán.
Plaza del Registán, la joya de Samarcanda
Uno de los puntos fuertes que tiene el hotel que elegimos, el Rabat Boutique Hotel, era que se encontraba a menos de 10 minutos andando de la plaza del Registán; lo que nos permitió verla todos los días más de una vez.
La verdad es que algo que nos sorprendió mucho de Uzbekistán, y en especial de la plaza del Registán, es que no tiene para nada un turismo masivo. Puedes visitar un lugar tan impresionante como éste con poca gente, a tu aire y sin agobios. Por eso, nos planteamos visitar la plaza y las tres madrazas que la componen primero con un guía privado y después por nuestra cuenta más tranquilamente y sabiendo lo que estábamos viendo. A la entrada del recinto estuvimos hablando con una guía oficial, con la que negociamos una visita privada a la plaza del Registán (en inglés) de una hora aproximadamente por 100.000 UZS (unos 8,21 €). Tened en cuenta que, además de lo que paguéis a vuestro guía, también tenéis que pagar la entrada al recinto.
Entradas y horarios del Registán
Aunque la plaza se puede ver desde fuera, si quieres entrar a la plaza y visitar las tres madrazas que la flanquean, hay que comprar una entrada en la taquilla. El precio de la entrada al Registán es diferente para locales que para extranjeros, por lo que aquí solo pondré los precios para extranjeros.
- Precio entrada del Registán:
- Adultos: 40.000 UZS (unos 3,29 €).
- Niños (7 a 14 años): 10.000 UZS (unos 0,82 €).
- Horario de acceso al Registán:
- De abril a octubre: Todos los días de 8:00 – 19:00.
- De noviembre a marzo: Todos los días de 8:00 – 17:00.
Algo muy importante a tener en cuenta es que cuando pagáis por la entrada a la plaza del Registán tenéis acceso durante todo el día a la misma. Por eso, cuando entréis por el control de tickets debéis aseguraros de que os devuelven el ticket. Si queréis volver a entrar de nuevo a otra hora del día, podéis hacerlo. El guardia de seguridad no se tiene que quedar con vuestro ticket; si se lo queda, pedídselo.
El precio de las entradas y los horarios pueden variar ligeramente. Esta información la podéis consultar en la hoja que tienen en las taquillas de la entrada.
Madraza Tilla-Kari
El primer edificio que visitamos fue la Madraza Tilla-Kari, la que está justo en el centro de la plaza. Fue la última que se construyó de las tres, allá por el 1660, y también fue la que hizo que la plaza del Registán terminase de tomar la forma que hoy tiene, cerrando otro de sus laterales.
Hay que tener en cuenta que, aunque antaño fue una madraza, actualmente ya no cumple esa función de escuela, al igual que ninguna de las otras dos madrazas que forman el Registán. Al rededor de su patio central, se encontraban las habitaciones donde los estudiantes dormían o estudiaban. Ahora, esos espacios están ocupados por tiendas de artesanía y de recuerdos. Sí, lo sé, eso hace que pierda un poco de encanto. Pero bueno, es una forma que tiene la gente de ganarse la vida y no son vendedores que te molesten o atosiguen cuando visitas el lugar.
En el interior de la madraza Tilla-Kari hay un patio central ajardinado en el que puedes disfrutar del lugar mientras te sientas a la sombra de alguno de los árboles que allí se encuentran. Pero esto no es lo peculiar de esta madraza respecto a las otras dos, sino su impresionante mezquita. La decoración interior de la mezquita en dorados y azules es algo increíble, especialmente su cúpula. Hay que tener en cuenta que Tilla Kari, significa «adornado con oro». Para que os hagáis una idea de lo increíble que es el lugar, el interior de la mezquita Tilla-Kari es la portada de la guía de Lonely Planet de Asia Central.
Madraza de Ulugh Beg
La siguiente madraza que visitamos fue la de Ulugh Beg, la primera que se construyó de las tres que conforman la plaza del Registán. Para que la ubiquéis, es la que se encuentra a la izquierda de la plaza.
Ulugh Beg, nieto del histórico conquistador Tamerlán, mandó construirla entre 1417 y 1421 mientras gobernaba. Fue conocido por ser un gran astrónomo y matemático. De hecho, se nota que él fue el responsable de su edificación porque en la fachada se pueden apreciar figuras geométricas que imitan estrellas, lo que muchos interpretan como una referencia a la pasión de Ulugh Beg por la astronomía.
La madraza de Ulugh Beg no solo tiene de impresionante su fachada, el interior no se queda nada atrás. Impacta observar la complejidad de los dibujos geométricos que tienen también las paredes interiores de la madraza. El patio interior está rodeado por una galería de dos pisos, con entradas a las habitaciones de los estudiantes. Además, en el centro de cada lateral se encuentran los impresionantes iwáns, que son los porches ubicados bajo los grandes arcos interiores.
La visita a las madrazas de la plaza del Registán por libre es muy interesante por la gran belleza del lugar, pero si vais con guía podréis apreciar un montón de detalles que normalmente pasarían desapercibidos o de los que no sabríais su significado.
Madraza Sher Dor
La última madraza que visitamos de la plaza del Registán fue la madraza de Sher Dor, la segunda en construirse del conjunto. Hay que tener en cuenta que esta madraza se construyó en 1636, es decir, que tuvieron que pasar más de 200 años desde que se terminasen las obras de la madraza de Ulugh Beg. Como os imagináis, aunque solo sea por descarte, esta madraza se encuentra en el lateral derecho de la plaza, justo en frente de la de Ulugh Beg.
La peculiaridad de la decoración del portal de la entrada de esta madraza es que está decorada con unos animales que son una mezcla de tigres y leones, unos ciervos y unos soles que son caras mongolas. Estas representaciones incumplen la prohibición islámica de representar animales o personas.
El interior de la madraza Sher-Dor es muy similar a la de Ulugh Beg, es decir, es un edificio cuadrado con patio interior rodeado de las salas que antaño se usaron como habitaciones de estudiantes y salas para impartir clase.
Lo malo de esta madraza, aunque también les pasa a las otras, es que su fachada está cediendo hacia el frente, es decir, hacia la de Ulugh Beg. Según nos comentó la guía, esto se debe en parte a que los cimientos están soportados sobre suelo arenoso. A esto hay que sumar que las tres madrazas de la plaza del Registán fueron restauradas en la época soviética de una forma no muy adecuada, según la opinión de bastantes expertos. Pese a todo, tanto las madrazas, como la plaza en sí misma, lucen de una manera impresionante. Para nosotros es el lugar más impresionante de todo Uzbekistán y uno de los monumentos más impactantes que hemos visto hasta la fecha.
Tras nuestra visita a las tres madrazas, nos fuimos a la siguiente visita que teníamos planificada. A menos de un cuarto de hora andando desde la plaza del Registán se encuentra el Mausoleo de Gur-e Amir o Mausoleo de Tamerlán.
Mausoleo Gur-e Amir (Mausoleo de Tamerlán)
Sin duda alguna, este lugar es otro de los imprescindibles de Samarcanda que se deben ver en una visita de uno o más días a la ciudad. Es el mausoleo más importante de la ciudad y también de los más importantes del país. El motivo es que aquí es donde está enterrado Tamerlán. El gran conquistador turco-mongol consiguió formar un imperio que iba desde el este de Turquía, hasta Nueva Delhi, y desde el sur de Irán y Pakistán, hasta el sur de Kazajistán.
El edificio destaca por su imponente cúpula estriada y por el impresionante portal que hay previo al mausoleo. Aunque no es un edificio tan grande como otros de la ciudad, la vista del exterior es bien bonita.
Por cierto, no sé si ya os lo habíamos dicho antes, pero la gente uzbeka nos pareció de lo más amable y hospitalaria que hemos visto nunca. Sé que esto puede ser sonar a tópico, pero es totalmente cierto y si visitáis el país, seguro que sentís lo mismo que nosotros. Cuando estábamos visitando el mausoleo de Tamerlán, un grupo de señoras mayores le dijeron a Lena que si se hacía una foto con ellas. Así que entre risas y que nadie entendía nada de lo que decía el otro, se hicieron varias fotos con ella.
Después de esto, entramos al mausoleo. Las paredes y el techo son impresionantes. El lugar es pequeño, pero realmente bonito. Por cierto, además de que allí esté enterrado Tamerlán, también hay otras tumbas. Una de ellas es la de Ulugh Beg, nieto de Tamerlán, y también otro personaje histórico uzbeco de gran importancia.
La tumba de Tamerlán es fácilmente reconocible ya que es la de jade verde oscuro. Por cierto, al igual que ocurre en otros mausoleos islámicos, las lápidas son solo marcas, por lo que realmente las criptas están en una cámara ubicadas bajo estas.
La historia cuenta que, en principio, no estaba planificado que Tamerlán fuese enterrado aquí, sino en Shahrisabz (una ciudad que visitamos más adelante y de la que os hablaremos en el blog). Sin embargo, debido a una neumonía inesperada que sufrió en Kazajistán durante una campaña contra China, y por estar bloqueado el camino a Shahrisabz por la nieve tras su muerte, se le enterró en este lugar.
Otro dato curioso es que, en 1941, un antropólogo soviético abrió las criptas del mausoleo, entre ellas, la de Tamerlán. Ahora empieza la parte de leyenda… Dicen que hallaron una inscripción en su tumba que ponía «Todo aquel que abra esta tumba será derrotado por un enemigo más temible que yo» y, al día siguiente, el 22 de junio de 1941, la Alemania nazi lanzó un ataque por sorpresa contra la Unión Soviética, su aliada en la guerra contra Polonia en ese momento.
Entradas y horarios del Mausoleo Gur-e Amir (Mausoleo de Tamerlán)
Aunque desde fuera se puede ver la impresionante fachada y la cúpula, merece la pena entrar en su interior.
- Precio entrada del Mausoleo Gur-e Amir:
- Adultos: 25.000 UZS (unos 2,05 €).
- Permiso para hacer fotos: 10.000 UZS (unos 0,82 €).
- Horario de acceso al Mausoleo Gur-e Amir:
- De abril a octubre: Todos los días de 8:00 – 19:00.
- De noviembre a marzo: Todos los días de 8:00 – 17:00.
Mausoleo Ak Saray
Detrás del mausoleo de Gur-e Amir o Tamerlán, fuera del pequeño muro que rodea el recinto, se encuentra un lugar no muy visitado, pero al que merece la pena acercarse, el mausoleo de Ak Saray. Data del siglo XV y en él se encuentran enterrados dirigentes de la dinastía timúrida, es decir, descendientes de Tamerlán. Una de las tumbas que está aquí es la del hijo mayor de Ulugh Beg, Abdal-Latif Mirza, que fue el que ordenó la muerte de su propio padre decapitándolo.
Sin embargo, a diferencia del mausoleo de Gur-e Amir, este lugar no cuenta con ninguna decoración exterior destacable, solo se ve el ladrillo. Pero el interior es otra cosa muy diferente, se puede disfrutar de una sala con un precioso techo abovedado decorado en tonos azules y dorados.
Entradas y horarios del Mausoleo Ak Saray
- Precio entrada del Mausoleo Ak Saray:
- Adultos: 10.000 UZS (unos 0,82 €).
- Horario de acceso al Mausoleo Ak Saray:
Aunque no vimos ningún horario definido, entendemos que siga el mismo horario que el mausoleo de Gur-e Amir:- De abril a octubre: Todos los días de 8:00 – 19:00.
- De noviembre a marzo: Todos los días de 8:00 – 17:00.
Estatua de Tamerlán
A cinco minutos andando del Mausoleo Ak Saray o del mausoleo de Tamerlán se encuentra una imponente estatua de Tamerlán sentado en su trono. Este lugar marca el límite de la antigua ciudad uzbeka y la nueva ciudad con diseño ruso, que personalmente no me gusta mucho. Allí cerca, justo en la acera de en frente a la estatua, hay un cartel bastante chulo de «I love Samarkand» en el que hacerse una foto de recuerdo.
Desde allí, volvimos caminando por la avenida principal hasta la plaza del Registán. La verdad es que es un lugar que no te cansas de ver y con el que te quedas con la boca abierta siempre que pasas al lado. Por eso os he comentado ya varias veces que intentéis coger un alojamiento que esté cerca de la plaza del Registán, como en el que estuvimos nosotros (Rabat Boutique Hotel). Así podréis disfrutar de ella todos los días que estéis en la ciudad.
Cena en un restaurante económico de Samarcanda
Nos fuimos al hotel a descansar un poco antes de buscar algún lugar en el que cenar. Pero antes de llegar, en el parque de al lado de la plaza del Registán, compramos una bolsa gigante de algo similar a unos gusanitos (no sé qué eran exactamente) por tan solo 2.000 UZS (0,16 €).
Tras mirar varias opciones por la zona en Tripadvisor, nos decantamos por el Bibikhanum Teahouse. Es un restaurante que está muy cerca de la Mezquita Bibi-Khanym y que está a unos 10 minutos andando de nuestro hotel o de la plaza del Registán. Tiene un estilo muy uzbeko, aunque en el interior había tanto extranjeros, como locales. Por cierto, ya que pasábamos por allí, aprovechamos para ver la Mezquita Bibi-Khanym iluminada por la noche.
Yo tenía muchas ganas de probar el plato nacional, el plov, aunque también nos pedimos más cosas. Para los dos nos pedimos lo siguiente: plov 20.000 UZS (1,64 €), sopa uzbeka 15.000 UZS (1,23 €), dos pinchos de carne 20.000 UZS (1,64 €), un pollo completo con guarnición 35.000 UZS (2,87 €), una Pepsi de 1,5 litros 7.000 UZS (0,57 €) y un non (pan uzbeko) 3.000 UZS (0,25 €). Toda esta cantidad bárbara de comida para dos personas por 112.000 UZS (9,20 €), incluyendo tasas. Tened en cuenta que no habíamos comido mucho más desde el desayuno y teníamos bastante hambre. Nuestra opinión del restaurante es buena, la calidad estaba bien (aunque tampoco fue el mejor lugar al que fuimos en el viaje), las cantidades eran generosas y el precio era bastante económico. En conclusión, sí que lo recomendamos. De hecho, fue donde fuimos a cenar al día siguiente.
Por cierto, en cuanto al tema del dinero en Uzbekistán, tanto el pagar con tarjeta, como el conseguir dinero en efectivo, ya os hablamos sobre ello en la Guía de viaje: Uzbekistán en 12 días. Pero nunca está de más recordaros que llevéis con vosotros una tarjeta que os permita sacar dinero en otra moneda sin cobraros comisiones o pagar con tarjeta en otra moneda sin añadir comisiones abusivas por el cambio de divisa. Nuestra recomendación actual en este caso es usar Revolut o N26.
Espectáculo de luces en el Registán
Con el hambre ya saciada nos fuimos a dar una vuelta. ¿Adivináis a dónde? Efectivamente, nos acercamos una vez más a la plaza del Registán, pero esta vez para ver cómo lucía por la noche con la iluminación de los focos. El lugar impresiona tanto por el día, como cuando ha anochecido. Sin duda alguna, tenéis que verla en ambos momentos, merece mucho la pena.
Lo curioso fue que al llegar vimos que habían colocado una serie de sillas frente a la plaza. Estábamos seguros de que iba a ver un espectáculo. Ya habíamos leído que de vez en cuando hacían unas proyecciones sobre las fachadas de las tres madrazas; pero no había información de la hora, ni de los días de la semana en los que se hacía, ni nada. Estuvimos un rato disfrutando de la iluminación de la plaza, hasta que de repente llegó un grupo de gente en unos coches y les acomodaron en esas sillas. Entonces fue cuando, a las 21.30, comenzó el espectáculo de luz y sonido de la plaza del Registán. Fue algo impresionante, en serio. Las proyecciones contaban la historia de la ciudad, de Tamerlán, del país… todo teniendo muy en cuenta la estructura y formas de las fachadas de las tres madrazas. Todo el show, que duró unos 20 minutos, iba acompañado con un sonido de calidad. La verdad es que nos sorprendió muchísimo el nivel de aquello. Más tarde, pocos minutos después de las 22:00 apagaron todas las luces de las fachadas de las madrazas de la plaza del Registán.
Por lo que entendimos, no hay un horario o días de la semana definidos para este espectáculo de luz y sonido. Según nos dijeron, podía ser cualquier día de la semana, si un grupo de gente pagaba lo necesario (entiendo que un pastón) para que se haga ese espectáculo cuando ellos quieran. El espectáculo es gratuito para el público en general (eso sí, no tendréis esas sillas molonas) y en cuanto al horario, parece que varía dependiendo de la época del año en la que visitéis la ciudad. De todas formas, si podéis, pasaros por la noche los días que estéis allí y preguntad a la gente de vuestro hotel sobre los horarios en ese momento para ver si tenéis suerte y podéis verlo.
Qué ver si solo estás un día en Samarcanda
La ruta escrita en este artículo está pensada como la primera parte de una visita de 2 días completos en Samarcanda. De hecho, en otra entrada del blog podréis ver todos los lugares que vimos durante el resto de tiempo que estuvimos en la ciudad.
Sin embargo, si solo contáis con un día en esta ciudad, aquí va nuestra recomendación de lo que tenéis que ver en un día en Samarcanda:
- Necrópolis de Shah-I-Zinda. Intentad madrugar (abren sobre las 7:00, antes que ningún otro lugar), de esta forma podréis visitar esta imponente necrópolis en solitario y hacer fotos de las estrechas calles sin ningún turista.
- Mezquita Hazrat-Hizr. No muy lejos de allí se encuentra esta bonita mezquita. Desde sus balcones se tiene unas buenas vistas de la siguiente parada del día.
- Mezquita Bibi-Khanym. Uno de los lugares más importantes de la ciudad con una entrada imponente.
- Bazar de Siob. Un mercado lleno de vida por el que es interesante dar un paseo si eres de esas personas que, como a nosotros, nos gusta ver qué es lo que se cuece en los mercados locales. Además, puedes picar algo por allí para recuperar fuerzas o acercarte al Bibikhanum Teahouse, al que fuimos a cenar un par de veces, un lugar barato y que estaba bien.
- Plaza del Registán. El siguiente punto en el itinerario de un día por Samarcanda es el icono de la ciudad y casi se podría decir que de todo el país. Para ver la plaza no tienes que pagar la entrada, pero sí para acceder a ella y visitar las tres madrazas que la componen (madraza de Ulugh Beg, madraza Sher Dor y madraza Tilla-Kari). Aunque sea una entrada cara, en comparación con otros lugares del país, no os podéis ir de allí sin entrar dentro. También, os recomendamos que volváis por la noche para ver la plaza iluminada y, con suerte, ver el espectáculo de luces.
- Mausoleo de Gur-e Amir (Mausoleo de Tamerlán). Por último, otro de los imprescindibles de Samarcanda, el mausoleo del personaje histórico más importante del país. Cerca de allí, en una plaza, se encuentra una escultura de Tamerlán sentado en su trono.
Dependiendo del tiempo con el que contéis, o lo que tardéis en realizar la visitas, podéis visitar otros lugares interesantes como el Observatorio Astronómico de Ulugh Beg, el Mausoleo Ak Saray, el Mausoleo Bibi-Khanym, el Mausoleo Rukhobod… Sin embargo, con un solo día, os recomendamos que le dediquéis tiempo especialmente a la Necrópolis de Shah-I-Zinda, la Mezquita Bibi-Khanym, la Plaza del Registán y el Mausoleo de Gur-e Amir.
Mapa detallado de Samarcanda
Os dejo un mapa con los puntos de interés de Samarcanda que os he comentado en el post. En rojo aparecen los lugares que visitamos ese día y en amarillo otras opciones que tenéis o que visitamos en otro día.
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