Nuestro primer día completo en Roma acaba de empezar. Nos esperaba un largo día, así que comenzamos haciéndonos el desayuno en la minicocina que teníamos en la habitación. Tenía un solo fuego, pero era más que suficiente para el uso que le íbamos a dar. También había un minifrigo, algo de menaje, comida y productos de limpieza, vamos, que era una cocina bastante apañada y eso nos daba algo de independencia.
Poder desayunar tranquilamente según te levantas está realmente bien, y más cuando te levantas como un zombie.
Índice de contenidos
San Giovanni in Laterano
Nuestra primera visita sería a la catedral de Roma, San Giovanni in Laterano (o San Juan de Letrán). Antes de ir creía que la catedral era San Pedro, pero claro, eso está en otro país, en el Estado de la Ciudad del Vaticano. San Giovanni in Laterano es la catedral del mundo, la sede episcopal del primado de todos los obispos, es decir, del Papa. Fue el primer templo cristiano que se construyó en Roma, en el siglo IV, aunque ha sido reconstruida y renovada varias veces.
Tras cruzar unas enormes puertas de bronce el interior impresiona, es un espacio enorme y diáfano, sin bancos, que deja ver un suelo con preciosos mosaicos. A lo largo de la iglesia se pueden ver en los laterales las esculturas de los doce Apóstoles. También destaca el ábside, el altar mayor, la decoración del techo… es una catedral que impresiona.
Basílica de San Clemente de Letrán
Al salir de allí rodeamos la iglesia y en una plaza lateral, piazza di San Giovanni in Laterano, se erige el enorme (37 m.) obelisco egipcio de Tutmosis IV. Se le considera el más alto de los que en la actualidad se conservan en pie y «solo» tiene unos 3400 añitos!!! Seguimos caminando en dirección al Coliseo y paramos en una pequeña joya, la Basílica de San Clemente de Letrán. Es pequeña, pero el interior merece realmente la pena, sobre todo los mosaicos y el candelabro pascual.
Coliseo
Y por fin llegamos, ahí está el Coliseo, tal cual lo dejamos ayer pero con la luz del día iluminándolo e impresiona igual, ¡es enorme!
Fuimos directos a la entrada. No había apenas gente en la cola así que aprovechamos para entrar, ya tendríamos tiempo para verlo desde fuera. La entrada nos costó 6€ a cada uno y con ella podíamos acceder al Palatino.
Modo clase de historia ON
El Coliseo es icono de la ciudad, símbolo de una era y un imperio. Representó mucho en su época y lo sigue representando hoy en día. Allá por el 72 d.C. Vespasiano lo mandó construir y en el 80 d.C. su hijo Tito lo inauguró. Bastaron 8 años para construir un anfiteatro que daba cabida a más de 50.000 personas, muchas personas para aquella época teniendo en cuenta que la ciudad de Roma tenía una población de más de un millón y medio de habitantes (el censo del 30-11-2010 es de 2.758.991). Los juegos de inauguración duraron cien días y cien noches. Posteriormente Trajano realizó otros juegos, de 117 días, durante los cuales 9.000 gladiadores y 10.000 bestias tomaron partida.
Su uso duró unos 500 años, hasta aproximadamente la caída del Imperio Romano. Tras varios terremotos pasó a ser una cantera para edificar palacios en la ciudad, hasta que en el siglo XVIII el Papa lo consagró como iglesia. Incluso fue fortaleza en la Edad Media. A día de hoy es una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo y uno de los epicentros turísticos del mundo.
Modo clase de historia OFF
Impresiona su exterior, pero también su interior. Estar dentro a la altura de lo que un día fue la arena e imaginarte los gritos y el ruido que debía salir desde las gradas y que tuvieron que oír gladiadores y esclavos… te pone los pelos de punta. A esto había que añadir el miedo a desconocer lo que les deparaba en la arena, nada amigable seguro. Actualmente no hay ni tigres ni leones, pero gatos, todos los que queráis y más, y para un alérgico al pelo de gato como yo pues mejor que se queden lejos (tampoco apto para supersticiosos, ves un gato negro seguro).
Arco de Constantino
Desde el Coliseo vimos lo que serían nuestros siguientes destinos, así que para allá que fuimos. Nuestra primera parada fue el Arco de Constantino, un arco del triunfo erigido en el 315 para conmemorar la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvio. Lo singular de este arco, es que pese a tener unos 1700 años es el más joven de todos los arcos de la Roma Antigua.
Palatino
Después de una parada breve nos dirigimos al Palatino, en el que podíamos entrar «gratis» gracias a la entrada que teníamos del Coliseo. Una cosa, si vais a ver el Coliseo y veis que hay mucha cola, podéis ir primero a ver el Palatino y cogéis la entrada allí, ya que la entrada es la misma para los dos y en el Palatino no suele tener cola. Luego entráis con ese mismo ticket en el Coliseo por la puerta para la gente con entrada comprada y así os ahorráis una larga espera.
El monte Palatino es la colina más céntrica de las siete existentes en Roma, y allí fue donde dice la leyenda que vivía la loba que cuidó de Rómulo y Remo. Leyendas aparte, es aquí donde se han descubierto los asentamientos humanos más antiguos en Roma, allá por el IX a.C. Por su emplazamiento privilegiado, junto al Foro, esta colina fue el lugar elegido por los emperadores para construir sus palacios. Pero aparte de estos palacios, o sus ruinas, se puede ver también un estadio, distintas casas de familias, el museo Palatino, los Jardines Farnese… A mi gusto no hay nada destacable (aunque si recomendable), salvo las vistas al foro. Desde los Jardines Farnese, que están situados al final del recorrido si se entra por la Via di San Gregorio, se tiene una vista muy buena de todo el Foro, muy aconsejable. También desde la Domus Augustana se tiene una buena vista del Circus Maximus.
Foro Romano
Directamente desde el Palatino bajamos al Foro Romano. Allí fue donde se partía el bacalao en la época del Imperio, donde tenía lugar el comercio, los negocios, la prostitución, la religión y la administración de justicia. Todo junto y supongo que algo revuelto. Algunos edificios o templos apenas conservan su estructura pero otros permanecen enteros y casi de una pieza. A mi, personalmente, me llamó la atención la Basílica de Majencio y Constantino, posiblemente por ser tan grande (35 metros de alto) y por tener un corte en su estructura que te permitía tener una visión clara del edificio.
Salimos del Foro pasando bajo el Arco de Septimio Severo, como emperadores triunfantes, y dejamos a un lado el Foro de Trajano para dirigimos a nuestro siguiente objetivo. Ah, por cierto, la entrada al foro es gratuita y es un agradable paseo para ver e imaginar la grandiosidad del corazón de un imperio gigantesco.
monumento a Vittorio Emanuelle II
Llegamos al monumento a Vittorio Emanuelle II, un gigante realmente bonito que no se suele conocer si no viajas a Roma. Lo típico es el Coliseo y demás monumentos de la época del Imperio Romano y del Renacimiento, pero Roma tiene mucho, muchísimo más que ofrecernos. Como ya escribí en la entrada anterior algo de él no me extiendo más y os sigo contando el resto.
Fontana di Trevi
Estábamos viendo mucho de lo que vimos el día antes. Pero la diferencia de ver algo de día a verlo de noche cambia mucho. Pero eso sí, los lugares con magia como la Fontana di Trevi da igual cuando los veas y las veces que los veas, siguen fascinando.
La noche anterior ya habíamos lanzado la moneda de rigor a la fuente, con la mano derecha, sobre el hombro izquierdo y de espaldas a la fuente, así que puedo confirmar que es cierto que si haces eso vuelves a ver la fuente ¡¡¡Nosotros solo tardamos un día!!! Aunque espero volver pronto ahora que tengo a un amigo viviendo allí. Un saludo Mau!!!!
Se estima que se arrojan unos 3000€ diarios a la fuente y todo ese dinero va destinado a Cáritas. Sin embargo, en 2002 se descubrió que un indigente oficialmente inestable se había metido varías veces (no se cuantas) en la fuente durante más de 30 años, reuniendo hasta 500 euros al día, ahí es na’.
Colonna de Marco Aurelio y el Templo de Adriano
Al igual que el día anterior, pasamos frente a la Colonna de Marco Aurelio y el Templo de Adriano.
– Oye, acabo de tener un déjà vu, esto ya lo he vivido.
– Claro, ayer por la noche. Anda tira pa’lante…
Panteón de Agripa
Llegamos al Panteón de Agripa, uno de los sitios que más me impresionó de Roma. Sería el momento, su arquitectura o lo que fuese, pero este templo fue de lo que más me gustó de la ciudad.
El Panteón es el edificio de la antigua Roma que mejor se conserva y esto permite hacerse una idea de lo monumental que tuvo que ser la ciudad en la época del Imperio. Pero el hecho de que se conserve tan bien es, en parte, gracias a que el templo fue donado al papa Bonifacio VI allá por el 608, convirtiéndose en una iglesia.
Si el exterior impresiona con su inmenso pórtico y sus enormes columnas de una pieza, el interior no se queda atrás. Revestido con mármol de diferentes colores, adornado con columnas, arcos, pinturas y esculturas; el interior deja maravillado a todo el que entra. Por cierto la entrada es gratuita, que no había dicho nada.
Otra cosa más que destacable es la enorme cúpula que tiene, 43,44 m de diámetro, al igual que la altura del interior. Con estas medidas es la mayor cúpula de hormigón en masa de la historia, ahí es na’. Pero claro, una bóveda de estas dimensiones, si fuese maciza, pesaría una barbaridad y acabaría por desplomarse. Para reducir el peso, la bóveda tiene unos casetones (huecos en la pared) que aparte de tener esa función, adornan. También hay una abertura de 9 m. en la bóveda que permite que entre la luz ¡y la lluvia!. Pero no hay ningún problema, sin vais y está lloviendo veréis como el agua entra y forma un círculo antes de desaparecer por unos casi invisibles agujeros que hay en el suelo.
Comiendo un pizza frente al Panteón
Al salir nos rugían las tripas, y es que, entre tanta visita, solo habíamos picado por el camino algún sandwich, alguna galletita salada… pero nada de comer como es debido. Así que nos acercamos a una calle que daba a la plaza y pedimos dos pizzas, una margarita y una con panceta (de baicon nada señores, panceta!!), para comernoslas en la plaza del Panteón. Las vistas inmejorables y el sabor una delicia, y encima tiradas de precio. Se me hace la boca agua al recordarlo, no he comido una pizza mejor, o al menos tengo ese recuerdo, que la que tenía panceta.
Basílica de Santa Maria sopra Minerva
Después de saborear esa delicia nos dirigimos a la basílica de Santa Maria sopra Minerva, que está justo detrás del Panteón. Ya empezaba a caer el Sol, y eso se notó en el interior porque no estaba tan iluminado como nos esperábamos. Pero aún así pudimos ver ese llamativo techo estrellado que tiene y las diferentes esculturas de la iglesia. Una iglesia bonita, recomendable para visitar porque está al lado del Panteón, pero no tan sorprendente, por supuesto, como San Giovanni in Laterano.
Empezábamos a notar el cansancio, bueno, más bien estábamos bastante cansados, así que optamos por irnos a descansar al B&B. Fuimos andando hasta la parada de metro Barberini y nos montamos…
– Oye y si nos paramos en la siguiente y vemos la Plaza de la República.
– Vale, por qué no.
Plaza de la República
Esto se empezaba a parece al primer día, ese «vale» para ver un monumento se podía convertir en otro, y otro, y otro… Pero esta vez nos bajamos del metro, subimos a la superficie, echamos un vistazo a la Plaza de la República (Piazza della repubblica) y cogimos el metro de nuevo camino a casa, que estábamos muy cansados.
Bueno, el día se había terminado. Habíamos visto parte de los grandes iconos de esta ciudad, esta vez por dentro y de día, y habíamos acumulado un montón de sensaciones… ¡ay que rica la pizza, madre!.
Al día siguiente tocaba visita a otro país dentro de Roma, El Vaticano con su gran museo y su gigantesca catedral.
Mapa con los lugares de la Roma clásica
A continuación os dejo un mapa con los lugares que visitamos durante ese día.
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Hola! Acabo de llegar a tu blog por primera vez, me ha traído recuerdos ya que Roma fue mi primer viaje "por mi cuenta", por lo que fue muy especial para mí jeje. Aquí tienes un nuevo seguidor 😉
Saludos,
Dany
Me alegra que te unas al blog ¡Bienvenido!
También fue el primer viaje de Lena y mio al extranjero, esas cosas se guardan con especial cariño.
Un saludo
Alberto
Que cantidad de piedras desperdigadas por Roma!! jejejeje… La verdad que al que no le guste ver ruinas e iglesias, mejor que no visite Roma jejeje. Yo la verdad que las dos cosas me encantan y llevo tiempo mirando para ir, pero como Eva ya ha estado, pues lo vamos retrasando. Tengo guía escrita y audioguía prepara para cuando la visite… con eso te digo todo.
Un saludo!
Eso si que es preparar un viaje con antelación, jejeje.
Lena ya había estado allí cuando estaba en el instituto, pero la conseguí convencer para volver y mereció la pena, Roma es preciosa. Si Eva vuelve seguro que descubre un montón de cosas nuevas, como le pasó a Lena, y revivir lo visto seguro que la gusta igual.
Un saludo!!
Hola Alberto,
Al leer tu relato sobre Roma, me trae muy buenos recuerdos de cuando la visité.
Te seguiré leyendo. Saludos.
Hola Víctor,
Gracias por pasarte por aquí!! yo ya llevo un tiempo siguiendote, aunque no se si habré escrito alguna vez en tu blog.
A ver si termino el relato de Roma y me pongo con el último viaje que hicimos, Islandia.
Un saludo.
Alberto
Hola Alberto,
Con las ganas que tengo de ir yo a Islandia !! a ver si pronto puedo leer tu relato.
Saludos.
Qué tal Víctor? Pues Islandia tengo pensado que sea el siguiente relato, pero quiero terminar antes éste. Esta semana cuelgo el día 4 de Roma, por fin!!!!
De todas formas, todo lo que puede decir de Islandia será poco, esa tierra me ha enamorado.
Un saludo,
Alberto
Muchas gracias por el comentario! a ver cuando hacéis otro viajecito y esta vez os puedo seguir "en vivo" 🙂 saludos
Posiblemente este año lo tengamos complicado, aunque nunca se sabe, pero para el año que viene seguro que si 😀
Un saludo
Alberto
Roma, qué buenos recuerdos me trae!! Podría haberme pasado allí 20 días más y no acabar de ver todo lo que quería… Buen relato, y las pizzas ¡qué buena pinta!
Un saludo!
Las pizzas de allí son un locura!! Este año estuvimos por la Toscana y todos los días nos comíamos una pizza… se me hace la boca agua.
Un saludo y gracias por pasarte por el blog!
Pues casi un año después de que leyera este post, lo vuelvo a releer. El panteón me sorprende que le guste a tanta gente. En fotos no es una de las cosas que me llame más la atención. A la vuelta ya os diré a ver si cambio de opinión…
Por cierto.. no entraba el coliseo en la Romapass?? estoy hecho un lio jejeje
Víctor, quizás lo del Panteón, al menos para mi, fue la sorpresa de ver algo tan bonito de forma tan inesperada. Todo el mundo tiene grandes expectativas con el Coliseo, el Vaticano, la Fontana di Trevi… pero quizás nos olvidamos que Roma tiene otros grandes edificios y monumentos como el Panteón.
Nosotros no compramos el Romapass. He estado mirando un poco por internet y parece que entra, además de darte alguna ventaja.
Un saludo