Hoy volvemos a echar la vista atrás para hablar de otro viajecito que hemos hecho este año por la península. Llegó el puente de mayo y con él otra escapada perruna más de este año. En este caso lo teníamos claro, queríamos naturaleza y queríamos un lugar que no conociésemos y que no estuviese muy lejos de nuestra casa. ¿Qué mejor que irnos tres días al norte de Extremadura? Ya habíamos estado el año pasado por esta zona durante el #TBMPlasencia y nos habíamos quedado con ganas de más, así que la decisión de volver fue sencilla.
Índice de contenidos
Viajando con Amy, nuestra pequeña Jack Russell, nos centramos en conocer la naturaleza del lugar. En nuestra ruta por la provincia de Málaga, uno de los momentos que más disfrutamos fue la visita al Torcal de Antequera, así que basamos este viaje en hacer senderismo por diferentes zonas de la provincia de Cáceres.
Cuándo visitar el norte de Extremadura
Aprovechamos el puente del 1 de mayo para hacer esta escapada, salimos el viernes 29 de abril por la tarde y volvimos el lunes 2 de mayo por la noche. Tres días completos para disfrutar de esta zona. Además tuvimos la suerte de que en esas fechas estaban los cerezos en flor. ¡Genial! Unas fechas geniales para disfrutar de rutas de senderismo por la zona.
Está claro que la primavera con sus cerezos en flor es una de las estampas más famosas de la provincia de Cáceres. Sin embargo, el otoño es otra gran época para visitar esta provincia y disfrutar de sus bosques pintados de amarillos, verdes y ocres. Pese a todo, cada estación tiene su encanto. Incluso en verano podrás soportar las tórridas temperaturas de esta zona dándote un chapuzón en alguna de las decenas de pozas que hay en sus ríos.
Ruta por el norte de Extremadura
Hay un montón de lugares en el norte de Extremadura que merecen mucho la pena, pero contando solo con 3 días teníamos que empezar a descartar aquellos que no cumpliesen los requisitos de naturaleza y que no pudiésemos visitarlos con Amy. Al fin y al cabo este viaje estaba pensado para que lo disfrutásemos los tres.
Solo teníamos un destino claro desde el principio, Hervás. Queríamos aprovechar el viaje para visitar a un gran amigo que tenemos allí. El resto de visitas serían unos clásicos de Extremadura: el Parque Nacional de Monfragüe, el valle del Jerte con su fotogénica Garganta de los Infiernos y aprovechando que el cerezo estaba en flor también visitaríamos el no tan conocido valle de Ambroz. Para despedirnos, y ya que nos pillaba de camino a casa, haríamos una parada en la comarca de las Hurdes para ver el meandro del Melero.
Finalmente hicimos la siguiente ruta:
Si quieres ver el mapa en otra pestaña haz clic aquí.
- Día 1:
- Llegada por la noche al alojamiento en Jarilla
- Día 2:
- Parque Nacional de Monfragüe
- Día 3:
- Valle del Jerte, Garganta de los infiernos
- Día 4:
- Valle del Ambroz, ruta de la chorrera
- Hervás
- Las Hurdes, Meandro del Melero
- Vuelta a casa
Qué ver en la provincia de Cáceres
El año pasado, durante el Travel Blogger Meeting Plasencia, tuvimos la suerte de conocer esta localidad cacereña. Pero aparte de Plasencia, Cáceres tiene un montón de lugares interesantes como la propia ciudad de Cáceres, Mérida o Trujillo. Sin embargo, preferimos centrarnos en este viaje en la naturaleza y dejar la visita a estas localidades para otra ocasión.
Qué ver en en el P.N. de Monfragüe
Si hay algo que me enseñó Extremoduro es que en Monfragüe hay buitres negros, de hecho allí se encuentra la mayor colonia del mundo de esta especie. El primer día lo dedicaríamos a visitar este parque nacional.
Si eres de los que les gusta el birdwatching o avistamiento de aves, Monfragüe es el lugar perfecto para disfrutar de esta actividad, tanto por la cantidad de buitres que hay como por lo cerca que los puedes ver.
De las diferentes rutas que hay en el parque nosotros optamos por la ruta roja, pero con alguna modificación respecto al recorrido original. Puedes ver las diferentes rutas del parque en la web de la Red de Parques Nacionales y la que nosotros hicimos en el mapa superior.
Como el nivel del embalse había crecido lo suficiente como para cubrir el Puente del Cardenal, tuvimos que tomar el camino alternativo cruzando por el puente por el que pasa la carretera EX-208. También optamos por hacer la ruta de ida y vuelta hasta el Castillo de Monfragüe, ya que en la ruta circular la bajada estaba marcada por el arcen de la carretera y, aunque estuviese poco transitada, le quitaba bastante encanto y al ir con Amy resultaba algo peligroso.
El inicio de la ruta roja desde Villarreal de San Carlos hasta el puente de la EX-208 no fue lo más interesante del trayecto. Pasamos por campos de brezo y otros matorrales, pero al tener el sol golpeando con fuerza sobre nuestra cabeza, echamos de menos alguna sombra en la que cobijarnos.
Al cruzar el puente comienza la subida al Castillo de Monfragüe por la sierra de las Corchuelas a la sombra de alcornoques, quejigos o madroños. Un paisaje mucho más verde que el anterior. A la mitad de la subida hay un mirador desde el que puedes observar a los buitres posados en las laderas rocosas de la montaña o planeando por el valle. Un espectáculo precioso.
En esta zona nos llevamos el susto del viaje. Amy estaba correteando por el camino cuando de repente se cayó a un pequeño estanque que había allí. Tardó un par de segundos en salir a la superficie (que se nos hicieron eternos) y cuando emergió estaba completamente desorientada. Además, al tener la cara cubierta del verdín del estanque no sabía hacia donde tenía que nadar. Ya creía que me tenía que meter para sacarla cuando comenzó a nadar hacia una pequeña rampa de roca y salió. La pobre estaba histérica y no paraba de correr de un lado a otro y sacudirse el agua. Menudo susto se llevó tanto ella y como nosotros. Pero bueno, todo se quedó en una anécdota que contar.
Seguimos subiendo y llegamos al Castillo de Monfragüe. Como tal, el castillo tampoco es demasiado vistoso, pero las vistas desde allí son espectaculares. Con una panorámica de 360°, podrás disfrutar del Parque Nacional de Monfragüe en cualquier dirección. Verás a los buitres con su tremenda envergadura volando bajo tus pies. Sin duda, merece la pena subir hasta allí arriba.
Comenzamos a bajar por la ruta marcada que está en la otra ladera de la montaña, pero al ver lo que nos esperaba (el arcén de una carretera), no tardamos en cambiar de opinión y decidimos volver por donde habíamos venido e ir al Salto del Gitano en coche.
El Salto del Gitano es un impresionante corte vertical de la montaña sobre el río Tajo. Desde el mirador situado en la otra orilla del río se han habilitado un par de espacios para observar las aves que se encuentran en esa pared rocosa. Para ver bien las aves es conveniente llevar un teleobjetivo en la cámara o unos prismáticos, ya que no se ven las aves tan cerca como en la ruta de subida al Castillo de Monfragüe. Sin embargo, aunque no tengas los medios para ver a los buitres y demás especies tan de cerca, ver el espectacular promontorio rocoso lleno de aves posadas y volando a su alrededor merece mucho la pena. En nuestro caso, en vez de ir andando por la ruta roja, fuimos hasta allí en coche y aparcamos en un pequeño parking que hay al lado del mirador.
Qué ver en el Valle del Jerte
Al día siguiente fue el turno de ir al valle del Jerte y sus cerezos en flor, una de las estampas más famosas de Extremadura. Tuvimos la suerte de hacer el viaje en la época de floración de cerezo, pero por desgracia debido a la climatología y las lluvias que había habido unos días antes el valle no lucía tanto como nos hubiese gustado. De hecho, nos dijeron que sería un mal año para la cereza.
Por suerte, nuestro plan inicial no era ver los cerezos en flor sino ir a visitar uno de los lugares icónicos del valle, los Pilones de la Garganta de los Infiernos. Hay varias rutas para recorrer esta zona, pero nosotros nos decantamos por la ruta de los Pilones – Puente Nuevo. Esta ruta te lleva desde un punto cercano al camping del valle del Jerte hasta los pilones y después continúa más allá hasta un antiguo puente.
El recorrido hasta los pilones se hace bajo la sombra de los árboles por una de las laderas de la montaña. Desde varios puntos del recorrido hay unas buenas vistas del valle. Tras caminar solo unos 2,5 km se llega a los famosos pilones. Como aún no era verano, el agua estaba demasiado fría como para darse un chapuzón, pero aún así merece la pena visitar el lugar.
Tras estar un rato por la zona de los pilones continuamos la ruta hacia el puente nuevo. En esta parte del recorrido se sube a una mayor altitud y el camino se despeja un poco al no haber tanto árbol como en la otra ladera del valle. La única parte complicada de este camino fue cuando tuvimos que cruzar el vado Cantares. El río venía con cierto caudal por lo que teníamos que pegar un buen salto para cruzar si no queríamos mojarnos los pies. Pero claro, eso era lo que teníamos que hacer nosotros. Sin embargo, a Amy, con lo pequeña que es, no le daba para saltar tanto, así que tuvimos que hacer malabarismos para cruzar con ella en brazos.
Fue una ruta que nos gustó mucho, no solo por los pilones, que es una zona espectacular, sino por el resto del recorrido. Es una ruta sencilla que puede hacer todo el mundo, de hecho había muchas familias con niños pequeños caminando por el sendero.
Para terminar el día nos fuimos a cenar a Hervás con nuestros amigos a la Tapería del Convento, pero eso te lo cuento más adelante en el apartado «Dónde comer».
Qué ver en Hervás y el valle del Ambroz
Nuestro último día del viaje lo dedicamos al valle del Ambroz que discurre de forma paralela al valle del Jerte. Pese a no ser tan conocido como el otro, está lleno de encantos y allí también se pueden ver los famosos cerezos en flor.
Ya conocíamos Hervás de otras veces que habíamos ido allí, así que no lo visitamos y nos fuimos directos a hacer una ruta de senderismo cerca de la localidad. Si no conoces este pueblo, no debes perder la ocasión de dar un paseo por su judería, es un lugar realmente bonito. Además allí está la calle más estrecha de España, o eso dicen.
Queríamos hacer un ruta corta por la zona, así que preguntamos a mi amigo Ore y nos recomendó ir a la Chorrera (ruta PR-CC 36). Es una ruta que está cerca de Hervás, corta y que está realmente bien.
Aunque la ruta empieza en el puente de hierro, nosotros fuimos en coche hasta el parking que he marcado en el mapa, ya que desde allí comienza la parte más interesante. No hay muchos sitio para aparcar por lo que puede que al llegar a allí te encuentres esta zona llena.
El inicio de la ruta es la parte más dura. Se le conoce por las 33 curvas y es una subida de más de 200 metros de desnivel que se realiza en apenas medio kilómetro de camino en zigzag. Tras subir las famosas curvas el resto del trayecto apenas tenía subidas considerables, siendo una gran parte del camino un agradable paseo pegado a un pequeño canal. En el mapa está señalado un punto en el que hay un mirador desde el que se ve el embalse de Hervás.
Pese a que el camino es muy agradable y bastante relajado, salvo la zona de las 33 curvas, el verdadero premio está al final de la ruta. La Chorrera, una cascada de 15 metros de altura, pone la guinda a este ruta corta que se pueda hacer como complemento a una visita a Hervás.
Qué ver en las Hurdes, el meandro del Melero
De camino a casa hicimos una parada en las Hurdes para ver el fotogénico Meandro del Melero. El mirador que tienes marcado en el mapa tiene un pequeño parking justo al lado, así que no hay escusa para no hacer un alto en el camino para ver este paisaje. No tuvimos tiempo para conocer más sobre esta zona, pero fue sin duda una bonita estampa para despedir el viaje.
Transportes
La única forma de recorrer estos parajes naturales es con tu coche propio. Como siempre te digo recuerda que desde el blog tienes un descuento en tu alquiler de coche de hasta un 15%.
Si prefieres hacer visitas culturales a ciudades como Mérida, Plasencia, Cáceres, etc. puedes moverte en transporte público sin problemas.
Alojamiento en el norte de Extremadura
En nuestro caso nos alojamos con Airbnb en un apartamento de Jarilla. Lo bueno que tenía era que estaba ubicado a medio camino de todos los puntos que queríamos visitar y con un acceso rápido a la autovía A-66 para ir rápidamente de un sitio a otro. Si no conoces esta forma de alojamiento te recomendamos que lo pruebes, si no has probado este portal tienes un descuento de hasta 50 €.
Si prefieres alojarte en un hotel, una buena opción sería Plasencia, por su ubicación para desplazarte rápidamente a todos los lugares que te hemos comentado. Otra gran opción sería Hervás si prefieres un lugar más pequeño y con zonas de senderismo sin necesidad de coger el coche.
Dónde comer bien en el norte de Extremadura
Al basar nuestro viaje en naturaleza muchos días tiramos de bocata y no comimos mucho por ahí, aún así te puedo dar un par de recomendaciones en Hervás. Si quieres tomarte una caña bien tirada en Extremadura tienes que ir al bar Carlitos, este bar tiene el honor de contar con el ganador y tercer clasificado del campeonato oficial de tiradores de cerveza de Extremadura 2016. Además acompañan la caña con unas tapitas que están de vicio.
Otro lugar al que fuimos, y en el que de hecho repetimos, fue la Tapería del Convento. Un local de tapas en plena judería de Hervás donde sirven platos típicos extremeños como secreto ibérico, migas, jamón o torta de queso del Casar. Buena comida a buen precio, a nosotros nos encantó.
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