La Península del Cano es la cuna de innumerables leyendas de marineros y también el cementerio de infinidad de barcos que encontraron aquí su trágico final. Pero, no solo eso, es una tierra de playas de arena blanca como el nácar, acantilados de vértigo, miradores con vistas de postal y hogar de animales vestidos con frac. Para nosotros, la Península del Cabo, es un imprescindible en cualquier visita a Ciudad del Cabo y una excursión perfecta para dedicarle todo un día. Os contamos nuestra experiencia.
Índice de contenidos
Nos despertamos temprano para aprovechar bien las horas de luz y, tras un delicioso desayuno en el Parliament Hotel, cogimos nuestro coche y comenzamos la ruta de un día por la Península del Cabo. Teníamos un montón de lugares apuntados en el mapa. A ver si nos daba tiempo a verlo todo.
La visita a la Península del Cabo se puede hacer contratando una excursión, pero sin lugar a dudas la mejor forma de hacerlo es con un coche de alquiler. Para los días que pasamos en la zona de Ciudad del Cabo gestionamos el alquiler de un coche con Auto Europe para podernos mover con total libertad y disfrutar a nuestro ritmo. Ya habíamos alquilado un coche con ellos en nuestro viaje por Jordania y nos había ido genial, así que por qué no repetir. Por 54,64 € conseguimos un Ford Vivo (coche pequeño, perfecto para dos personas) durante 5 días, con la empresa Budget. En principio teníamos un seguro con cobertura normal, pero le añadimos cobertura total por 481 ZAR adicionales (unos 27,70 €). Es decir, conseguimos un coche con un seguro que nos cubría el 100% durante 5 días por solo 82 €. El alquiler salía a unos 16,50 € el día. Barato ¿verdad?
Casitas de colores en el barrio malayo de Bo-Kaap
Antes de comenzar con la ruta de un día por la Península del Cabo decidimos hacer una breve parada en el colorido barrio de Bo-Kaap. Nos pillaba de camino y aunque solo fuese para echar un vistazo, nos queríamos pasar. Era una pena, pero no teníamos tiempo como para dar un paseo por sus calles.
Este barrio fue ocupado en sus orígenes (década de 1760) por los esclavos conocidos como Malayos del Cabo que fueron traídos para trabajar en la ciudad. Provenían de Malasia, Indonesia y otras partes de África. De ahí el nombre de «Barrio Malayo», que fue el que acuñó la zona antes de conocerse como Bo-Kaap. En un principio los esclavos vivían de alquiler y todas las casas tenían las fachadas blancas. Pero se dice que cuando se les permitió comprar las propiedades, como expresión de libertad, las pintaron de colores brillantes, tal y como las conocemos hoy en día.
Los 12 Apóstoles desde Camps Bay Beach
Tras un par de fotos y sin entretenernos demasiado, nos montamos en el coche y fuimos hasta la siguiente parada, Camps Bay Beach y los famosos 12 Apóstoles. Este lugar es una zona de dinero y se nota. Chalets que parecen sacados de revistas de diseño, medidas de seguridad impresionantes, descapotables… Vamos, que la gente que tiene una casa allí no vive nada mal. Pero no íbamos a allí a embriagarnos de este ambiente tan chic, sino a disfrutar de las vistas que se tienen de los 12 Apóstoles. Estas formaciones rocosas pertenecen a la Table Mountain y se podría decir que es la parte trasera de la cara de la montaña que todo el mundo conoce.
Aparcamos el coche en el paseo marítimo y nos fuimos a dar un paseo por la playa. Hacía bastante fresquete, así que ni nos planteamos darnos un baño. Recordad que fuimos en agosto y allí es invierno. Al poco de llegar se nos acercó un chico que vendía cuadros y nos pusimos a hablar con él. Pintaba escenas típicas africanas, de naturaleza e incluso de la zona donde él vivía, un township de Ciudad del Cabo. Nos parecieron súper bonitos y llenos de color, así que le compramos un par de ellos por 400 ZAR (unos 23,37 €). ¡Ya teníamos un recuerdo de viaje!
Como el día se había levantado nublado, las vistas de los 12 Apóstoles no fueron tan bonitas como esperábamos. Aun así, mereció la pena acercarse. En nuestro caso, lo vimos desde la propia playa, pero podéis acercaros a Maiden’s Cove (lo tenéis marcado en el mapa del final del post) desde donde tendréis una mejor panorámica de la zona. Al estar el día bastante gris, tampoco nos molestamos en ir hasta allí; aún nos quedaban muchos lugares por visitar en la Península del Cabo.
Hout Bay y los leones marinos de Duiker island
Nos montamos en el coche y en poco más de 15 minutos llegamos a nuestro siguiente destino, Hout Bay. El atractivo de este lugar no es la localidad en sí, sino Duiker Island, un pequeño islote cercano en el que vive una gran colonia de leones marinos.
Aparcamos en el parking del puerto y echamos un vistazo a ver con qué empresa podíamos ir a ver los leones marinos de Duiker Island. Al final, nos decantamos por Drumbeat Charters y su tour de 40 minutos para ver leones marinos. Hay otras empresas que operan haciendo este y otros tours, como ver naufragios en la zona o incluso bucear con leones marinos.
Tour en barco a Duiker Island (info útil)
Hay varias empresas con las que se puede hacer este tour, nosotros elegimos Drumbeat Charters y nuestra experiencia con ellos fue bastante buena. No es necesario reservar con antelación, podéis hacerlo directamente allí si no estáis seguros de la hora a la que llegaréis. A continuación os dejo cierta información útil sobre el tour para ir a ver leones marinos a Duiker Island:
Horario:
- 7:50. Siempre que haya un mínimo de 15 personas.
- 8:30
- 9:15
- 10:00
- 10:45
- 15:30
Precio:
- Adultos: 90 ZAR (unos 5,15 €).
- Niños menores de 14 años: 50 ZAR (2,86 € aproximadamente).
- Niños de 2 o menos: gratis.
Duración: 40 minutos.
Tuvimos suerte con la hora a la que llegamos a Hout Bay, ya que al hacer la reserva para el siguiente tour, no tuvimos que esperar más que 15 minutos en el muelle. Durante ese rato, estuvimos dando un paseo por allí. Había un par de hombres que tenían un león marino para que los turistas se hiciesen fotos con él. Personalmente, no me gusta ver este tipo de cosas. No creo que los humanos tengamos que intervenir en el comportamiento de animales salvajes de esta manera, aunque al león marino se le «pague» con pescado por hacerse fotos con los turistas. Es cierto que, en principio, no vi un maltrato explícito al animal, pero tampoco sé cómo han conseguido que esté con ellos todo el rato sin moverse. ¿Y si en el futuro no les «saliese rentable» darle de comer? Ese animal ha perdido la práctica para cazar por su cuenta y le costaría hacerlo. Por eso, prefiero no participar en ese tipo de acciones. Es solo una reflexión personal. ¿Qué opináis vosotros?
Bueno, sigo con la experiencia del tour en barco, que me voy por las nubes. Nos montamos en la embarcación y nos fuimos a la parte delantera para poder conseguir buenas fotos cuando llegásemos a la isla. El mar estaba revuelto y pese a que en el puerto no se notaba, nada más salir de él la cosa se empezó a animar. El trayecto hasta Duiker Island no es largo, poco más de 10 minutos, pero fue tiempo suficiente para dar unos cuantos botes por el oleaje.
Finalmente llegamos a la famosa isla y vimos aquella enorme colonia de leones marinos. Había cientos de ejemplares. Se veían desde machos adultos de gran tamaño, hasta pequeñas crías. Mientras la mayoría se echaba una plácida siesta en las rocas, algunos jugaban, otros se movían torpemente en las rocas y unos pocos nadaban con una agilidad pasmosa cerca del barco. Aquello era todo un espectáculo, tanto por el número, como por la cercanía a la que les podías ver, sobre todo a los curiosos que se acercaban nadando.
Por cierto, a estos animales no se les llama focas, sino leones marinos o lobos marinos. En concreto, los que se ven en Duiker Island, son conocidos como lobo marino surafricano o lobo de El Cabo. Una de las características que diferencia a las focas de los leones marinos es que estos últimos tienen «orejillas» y no «agujeros» como las focas.
Después de un cuarto de hora largo disfrutando de estos simpáticos animales y capeando el temporal de olas, dimos media vuelta y volvimos a puerto. Allí nos estaban esperando una banda de músicos tocando ritmos africanos.
La experiencia del tour nos encantó y el precio nos pareció bastante barato. Si os gusta el plan, planificad la ruta por la Península del Cabo para llegar algo antes de las horas de salida de los barcos y así podréis disfrutar de estos simpáticos animalillos. Si no queréis montar en barco por el motivo que sea, también podéis dar un paseo por el puerto porque seguramente veáis algún león marino tumbado en el muelle o nadando en la orilla. Así, aunque no os montéis, no os vais sin verlos.
Chapman’s Peak Drive, una carretera panorámica en la Península del Cabo
Al poco de salir del parking del puerto de Hout Bay volvimos a la carretera para entrar en la ruta panorámica Chapman’s Peak Drive. Chapman’s Peak es el nombre de la montaña ubicada entre Hout Bay y Noordhoek. En el borde de esta ladera, con el mar al otro lado, es por donde discurre esta carretera con unas vistas alucinantes. Este paso es de peaje, 47 ZAR por coche (unos 2,75 €), pero merece muchísimo la pena por las vistas tan impresionantes que se tienen hacia la bahía Hout. Además, a lo largo de la carretera hay espacios habilitados para parar con el coche, disfrutar de las vistas y hacer unas fotos. Lo recomendamos sin ninguna duda. Por cierto, si queréis saber si la carretera está cerrada por algún motivo, las tarifas actualizadas y mucha más información podéis consultarlo en la web de Chapman’s Peak Drive.
Sí que es cierto que lo ideal sería recorrer esta carretera en sentido contrario al que lo hicimos nosotros, ya que de esa forma tendrías el mar pegado a tu lado de la carretera. Pero por el itinerario que queríamos hacer, los horarios, etc. nos cuadraba mejor tal cual lo hicimos. Igualmente, también se disfruta de las vistas conduciendo desde Hout Bay hacia el sur.
Al poco de entrar en la carretera hicimos una parada en uno de sus miradores para contemplar toda la bahía de Hout Bay. Las vistas desde allí son impresionantes.
Playas de la Península del Cabo
Noordhoek Beach, una playa de arena blanca kilométrica
Tras alguna parada más en los miradores de Chapman’s Peak Drive llegamos a Noordhoek Beach. Bueno mejor dicho al mirador desde el que se ve Noordhoek Beach (lo tenéis marcado en el mapa). Caben poco más de 5 coches en un pequeño saliente de la carretera, pero las vistas desde allí son increíbles.
Noordhoek Beach es una playa de arena blanca kilométrica, de las más bonitas que vimos en toda la ruta por la Península del Cabo. No llegamos a bajar a la arena, ya que para llegar allí tendríamos que dar un rodeo con el coche y tampoco nos sobraba el tiempo para ver todo lo que queríamos durante el día. De todas formas, parar unos minutos en el mirador es muy recomendable. Si tenéis tiempo para bajar, en la mitad de la playa se encuentran los restos de un buque a vapor, el SS Kakapo, que encalló en la arena en 1900.
Kommetjie Beach, otra playa de arena blanca
Seguimos la ruta que teníamos marcada y tras un cuarto de hora llegamos a Kommetjie Beach. Esta playa es de arena blanca, como su vecina Noordhoek Beach. En este caso, al no tener que desviarnos mucho para llegar a ella, decidimos acercamos para dar un paseo.
La playa es muy bonita y tranquila, y no había nadie, aunque habiéndola visitado en el invierno sudafricano era lo normal. Sin embargo, si tuviese que descartar alguna de las playas que vimos durante el día, ésta sería la que quedaría fuera.
Witsand, una parada antes de la costa rocosa
Los paisajes de la Península del Cabo son para disfrutarlos tranquilamente. Lo ideal es parar de vez en cuando y disfrutar de las vistas de sus costas y su mar agitado en los muchos miradores que hay. Y eso fue lo que fuimos haciendo durante el día. Aunque no lo teníamos apuntado, aparcamos el coche frente a un pequeño mirador en Witsand y disfrutamos de las vistas en soledad. La Península del Cabo nos estaba encantando y eso que aún quedaban varios de sus platos fuertes. Por cierto, recordad que tenéis todos los puntos que voy comentando marcados en el mapa del final del post.
Scarborough Beach, una imagen de postal
A pocos kilómetros de Witsand se encuentra Scarborough Beach, una impresionante playa rocosa, que para mi gusto fue de las más bonitas que vimos ese día. Supongo que también ayudó el que el mar estaba agitado, que hubiese bruma y que pudiésemos hacer unas fotos bien bonitas. Nos pareció un lugar súper fotogénico.
Estuvimos un buen rato caminando por las piedras, sacando fotos, haciendo un poco el tonto y riéndonos como dos niños pequeños. Al fin y al cabo, los lugares muchas veces adquieren esa magia especial gracias al momento y a las circunstancias. Si vas con ganas de disfrutar y de pasártelo bien, tienes ya un mundo ganado.
Parque del Cabo de Buena Esperanza
Tras un cuarto de hora conduciendo llegamos a la entrada del Parque del Cabo de Buena Esperanza, que pertenece al Parque Nacional Table Mountain. Al ser parte de la red de parques nacionales SANParks, entidad pública que gestiona los parques del país, se puede utilizar la Wild Card. Esta tarjeta permite la entrada de forma gratuita a un montón de parques nacionales y reservas como este lugar o el famoso Parque Nacional Kruger. Por norma general, si vas a estar varios días en el Kruger te sale a cuenta comprar la Wild Card en vez de pagar la entrada por cada parque, pero ese tema lo trataré más a fondo en la guía de viaje.
Horarios y precios del Cabo de Buena Esperanza
Horario:
- Apertura de la puerta:
- Verano sudafricano (octubre – marzo): 6:00 – 18:00.
- Invierno sudafricano (abril – septiembre): 7:00 – 17:00.
- Cierre: al atardecer. Te ponen la hora exacta en un cartel en la entrada. En nuestro caso, a mediados de agosto, fue a las 18:12. Si sales más tarde tendrás que pagar una multa de 500 ZAR (casi 30 €).
Precio:
- Adultos: 76 ZAR (4,50 € aprox.).
- Niños: 41 ZAR (2,43 € aprox.).
- *Entrada gratuita si dispones de la Wild Card.
Toda la información está actualizada en la página de SANParks, tanto las tarifas, como los horarios.
Por cierto, si tenéis drone, que sepáis que está prohibido hacerlos volar en el parque.
Cape Point, faros y acantilados de vértigo
En el sur de la Península del cabo hay ciertos lugares interesantes que visitar como playas, senderos, piscinas naturales, miradores, etc. Pero sin lugar a dudas, hay dos que destacan por encima del resto, Cape Point y el Cabo de Buena Esperanza. Nuestra primera visita fue el primero, Cape Point, y para llegar allí no hay pérdida. Tenéis marcado en el mapa del final del post la ubicación exacta del parking donde debéis dejar el coche, así como la mayoría de ubicaciones que citamos en el post. Para que no digáis que no os lo ponemos fácil.
En el parking de Cape Point hay carteles con los puntos de interés de Cape Point y los senderos para moverse por allí, lo cual viene genial para situarse, saber qué quieres ver y por dónde tirar. Cerca del aparcamiento está el famoso funicular de Cape Point, pero durante nuestra visita estaba fuera de servicio por tareas de mantenimiento; una pena. Al no poder usarlo, tuvimos que subir a pata hasta la zona de los miradores y el faro. Nada que no pueda hacer cualquier persona, es una subida muy sencillita. El precio del funicular es de 70 ZAR i/v (4,16 €) o 55 ZAR solo subida (3,27 €). Para niños el precio es de 30 ZAR i/v (1,78 €) o 22 ZAR (1,31 €) solo subida. Podéis consultar los precios y los horarios actualizados del funicular en la web oficial de Cape Point. Por cierto, el funicular se llama «El holandés errante». ¿Os suena de algo? Tranquilos, que en un rato os hablo sobre esto; todo a su tiempo.
En la parte superior de Cape Point hay varios miradores a los acantilados con unas vistas espectaculares. Algunos de ellos se encuentran a 250 metros sobre el nivel del mar. Todo un espectáculo, aunque no apto para gente con mucho vértigo. Os recomiendo que no solo os asoméis a uno, sino que visitéis varios de ellos.
Entre todos esos miradores se encuentra el faro histórico de Cabo de Buena Esperanza desde donde se tienen unas vistas espectaculares tanto de False Bay como del otro lado de la Península del Cabo. Este faro se construyó a 262 metros sobre el nivel del mar y estuvo en funcionamiento hasta principios de siglo XX. Debido a su mala ubicación, los barcos que rodeaban el cabo por el este se acercaban demasiado a la costa. Esto, unido a que en muchas ocasiones se encontraba cubierto por la niebla, ocasionó problemas a innumerables barcos. De hecho, en 1911, el carguero portugués Lusitania naufragó por esa misma razón, provocando la creación de un nuevo faro y dejando éste en desuso.
El nuevo faro, que se encuentra a tan solo 67 metros sobre el nivel del mar, no está muy lejos de allí y se puede ir caminando por un sendero hasta casi llegar a su base. No se puede visitar, ya que el acceso al mismo está restringido, pero el paseo para llegar a él es bastante bonito y se tienen muy buenas vistas de False Bay. Es una buena opción si dispones de tiempo. Así que eso hicimos, bajamos las escaleras que llevan al antiguo faro y nos desviamos por el camino al nuevo faro del Cabo de Buena Esperanza.
Ballenas en la Península del Cabo
Fuimos caminando por el camino hasta casi llegar al faro, haciendo unas cuantas fotos tanto a la costa como al antiguo faro y disfrutando de la tranquilidad de un camino menos transitado que la zona de la que veníamos. Menudas vistas se tienen desde toda esta zona de Cape Point.
Ya, de vuelta al aparcamiento, oímos un bufido que provenía del mar. ¡Una ballena! Cuando miramos hacia abajo aún pudimos ver el característico chorro de aire que sueltan las ballenas al respirar. Qué pasada. Habíamos leído que se podían ver ballenas en False Bay, pero que no era tan común como en Hermanus. No íbamos con muchas esperanzas de verlas, así que no nos íbamos fijando demasiado en ello; pero allí estaban.
Al principio vimos una sola ballena que fue bordeando la costa, asomándose de vez en cuando. Poco más tarde volvimos a oír el mismo sonido del chorro de aire y en esta ocasión vimos un par de ellas. Era una madre con su cría. Menuda pasada. Aunque solo fuese por haber podido verlas, la decisión de ir hasta al faro nuevo había sido todo un acierto.
Cabo de Buena Esperanza, donde el mar muestra toda su fuerza
Volvimos a montarnos en el coche y fuimos hasta el Cabo de Buena Esperanza. Si hubiésemos tenido tiempo, hubiésemos hecho este camino andando. Hay una ruta de senderismo que une Cape Point con el Cabo de Buena Esperanza. Está bien señalizada y es de tan solo unos 2 kilómetros (una media hora andando). Sale del parking de Cape Point y va hasta el de el Cabo de Buena Esperanza, pasando por la preciosa playa Diaz Beach. Es una ruta sencillita y corta, así que si disponéis de tiempo os recomendamos que dejéis el coche el parking Cape Point y visitéis el Cabo de Buena Esperanza yendo por esta ruta.
Hay que tener en cuenta que estamos en un parque nacional, y por esta zona hay animales salvajes. Tranquilos, no hay leones, ni nada parecido. Puedes encontrarte con cebras del Cabo, varias especies de antílopes, ciervos, avestruces, nutrias o los damanes del Cabo, un animalillo parecido a la marmota que es muy común en la Table Mountain. Por el momento, lo único que habíamos visto eran babuinos, unos pequeños ladronzuelos que se aprovechan de los despistes de los turistas para robarles el almuerzo o lo que puedan. No son peligrosos, pero tenéis que estar con cierto ojo. Poco después de coger el desvío hacia el Cabo de Buena Esperanza empezamos a ver unas cuantas especies más, como unos eland y una avestruz. Los vimos bien de cerca. Esto sí que no nos lo esperábamos.
Poco después llegamos al Cabo de Buena Esperanza. Mucha gente cree que es el punto más al sur de África y el lugar donde se juntan las aguas de Atlántico con el Índico, pero no es así. El punto más al sur de África es el Cabo de las Agujas (Cape Agulhas), que visitaríamos unos días después. El galardón que sí que ostenta este lugar es que es el punto más al suroeste de África, pero vamos que tampoco es el que está ni más al sur, ni más al oeste. El caso es que tenían que ponerle el título de «El más…» en alguna cosa.
Por lo que sí que es famoso este lugar es por sus grandes corrientes, su fuerte oleaje y por haber sido la perdición de numerosos barcos que terminaron naufragando en sus costas. Hay una leyenda muy famosa que tiene lugar en este punto, la leyenda del holandés errante. ¿Os acordáis del nombre que tenía el funicular de Cape Point? Pues bien, hay varias versiones de esta leyenda. Una dice que un capitán holandés pactó con el diablo para poder surcar siempre los mares sin importar las inclemencias del tiempo. Aunque consiguió su propósito, la «letra pequeña del contrato» decía que podría hacerlo, pero que nunca jamás tocaría tierra. Otra versión dice que el capitán, mientras cruzaba este punto bajo una terrible tormenta, juró que no daría marcha atrás, aunque tardase una eternidad. Hay muchas versiones de la esta historia y un montón de obras donde se hace referencia a esta leyenda tanto en literatura, música o cine. Pero sin lugar a dudas, la más conocida por todos es la de la película Piratas del Caribe.
Leyendas aparte, es una auténtica gozada contemplar este punto, y más en un día con tan fuerte oleaje como el que nos tocó a nosotros. Sin duda, fue la guinda perfecta de la visita al Cabo de Buena Esperanza.
Los pingüinos de Boulders Beach
Se nos había hecho muy tarde. Entre las playas, las ballenas y el montón de fotos que habíamos hecho en cada sitio, se nos había pasado la jornada sin darnos cuenta. Pese a todo, quisimos seguir con el plan inicial del día y visitar un par de puntos más que teníamos apuntados en el mapa.
La siguiente parada fue Boulders Beach, que está a unos 15 minutos en coche de la puerta del Parque del Cabo de Buena Esperanza. En este lugar se encuentra una simpática colonia de pingüinos africanos, también conocidos como pingüinos de El Cabo o pingüinos jackass. Jackass significa burro en inglés, y este nombre hace referencia al ruido que hacen estos animalillos, tan parecido al rebuzno de un burro. Por desgracia, esta especie se encuentra en peligro de extinción, por lo que colonias como ésta y la de Stony Point se encuentran protegidas. De hecho, Boulders Beach pertenece al Parque Nacional Table Mountain.
Horarios y precios de Boulders Beach
Horario:
- Diciembre – enero: 7:00 – 19:30.
- Febrero – marzo: 8:00 – 18:30.
- Abril – septiembre: 8:00 – 17:00.
- Octubre – noviembre: 8:00 – 18:30.
Precio:
- Adultos: 147 ZAR (unos 8,70 €).
- Niños: 76 ZAR (4,50 € aprox.).
- *Entrada gratuita si dispones de la Wild Card.
Toda la información está actualizada en la página de SANParks, tanto las tarifas, como los horarios.
Cuando llegamos ya habían cerrado, aunque realmente no había ninguna puerta que te impidiese pasar. Aparcamos a la entrada y nos asomamos un poco para ver a alguno de estos simpáticos animalillos. Estaba atardeciendo y se estaban yendo a dormir, así que no queríamos molestarles mucho. Hicimos un par de fotos y les dejamos tranquilos. Pese a que nos quedamos con las ganas de haber visitado más detenidamente el lugar, al menos pudimos verles. De todas formas, tampoco nos preocupaba demasiado, al día siguiente visitaríamos la colonia de pingüinos de Stony Point en nuestra ruta de camino a Hermanus.
Las casetas de colores de Muizenberg Beach
Aunque ya había anochecido como para poder disfrutar de la última visita del día, quisimos acercarnos igualmente a la playa Muizenberg Beach para ver sus famosas casetas de colores. Estas casetas son de la época victoriana y se utilizaban para cambiarse de ropa en la playa en aquellos primeros baños marinos que hacían las personas adineradas. A día de hoy se conservan como recordatorio de la historia que ha tenido esta localidad como una de las mejores zonas de playa de Ciudad del Cabo. Hay que tener en cuenta que mucha gente venía a esta zona, y lo sigue haciendo, por tener unas aguas más templadas y calmadas que en otras playas de la zona.
Una buena cena italiana en Ciudad del Cabo
No nos entretuvimos demasiado en Muizenberg Beach, ya que era totalmente de noche y tampoco podíamos disfrutar mucho del lugar. Así que nos fuimos al hotel (Parliament Hotel, el cual os recomendamos al 100%), nos cambiamos y bajamos a cenar al restaurante italiano que se encuentra justo debajo, «The Cousins».
No era el primer día que probábamos su comida, ya que habíamos encargado las noches anteriores la cena para que nos la subiesen a la habitación. Sin embargo, sí que era la primera vez íbamos al local. El lugar es súper acogedor, con una decoración cuidada y llena de carácter. Nos encantó. En esta ocasión nos pedimos un risotto ai porcini para compartir (170 ZAR, unos 10 €), Lena se pidió unos tagliatelle carbonara (120 ZAR, unos 7,10 €) y yo me pedí unos gnocchi a la trufa con ricotta (155 ZAR, unos 9,20 €). En total fueron 471 ZAR (casi 28 € al cambio), teniendo en cuenta el agua, para un cena de dos personas con un entrante fuerte y dos principales. Lo recomendaríamos sin lugar dudas para todo aquel que esté por la zona. Todo está riquisimo, de hecho es de lo mejorcito que hemos probado de comida italiana. Se nota que los dueños y el chef son italianos; menuda mano tienen en la cocina.
Acabamos el día agotados, pero con la felicidad de haber pasado un gran día recorriendo la Península del Cabo. Al día siguiente nos despediríamos de Ciudad del Cabo visitando la Table Mountain, para dirigirnos a Hermanus, pero eso ya es una historia de otro post.
Mapa detallado de la Península del Cabo
A continuación os dejamos un mapa detallado con todos los puntos de interés de la Península del Cabo. En rojo están marcados los que visitamos y en amarillo otros puntos de interés que también podéis visitar.
Si quieres, puedes ver el mapa «Qué ver en la Península del Cabo (ruta de un día)» en otra pestaña.
Todo lo que he comentado en este artículo es fruto de nuestra experiencia personal y no ha sido distorsionado en ningún momento por nadie ajeno al blog, ni por intereses de terceros. Si os ha gustado la entrada compartidla en las redes sociales y dejadnos un comentario y si no os ha gustado pues haced lo mismo ;).
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Guau!! Que bonita es la península del cabo y que ganas de que llegue el verano para disfrutarla. Muchas gracias por la información, me ha sido muy útil para planificar mi viaje. Una pregunta, ¿es complicado conducir en Sudáfrica? ¿cómo conducen los sudafricanos? ¿es peligroso?
Gracias!!
Hola Marta!!!
Genial, seguro que disfrutas de Sudáfrica, es una pasada de país. Nosotros no paramos de hablar de que tenemos que volver.
A diferencia de nosotros (en España), conducen por la la izquierda. Pero no te preocupes, te habitúas rápido. Para que sea más sencillo este cambio te aconsejamos que alquiles un coche automático, así te quitas la preocupación de manejar la palanca de las marchas con la otra mano.
En cuanto a cómo conducen en Sudáfrica, no considero que conduzcan mal. Sí que es cierto que suelen conducir rápido y que no abundan las autovías como en España, pero por norma general no suele haber mucho tráfico en la carretera.
Si conduces en las ciudades (sobre todo las grandes urbes) o pasas por zonas urbanas consideradas peligrosas es recomendable llevar el seguro de la puerta puesto y las ventanillas cerradas, especialmente por la noche. Pero no te preocupes, no es peligroso, solo hay que tener ciertas precauciones.
Un saludo!
Gracias por toda la información! Me gustaría preguntarte por el seguro que cubría todo que adquirieron para el coche. ¿Lo adquirieron directamente al recogerlo o lo tenían contratado desde España? Es que veo que por día les cobraron un poco + de 5 euros por un seguro a todo riesgo.
Gracias
Hola Miguel!
Teníamos el alquiler normal contratado desde casa, pero allí, en la oficina, le añadimos uno a todo riesgo por 481 ZAR adicionales (unos 27,70 €). Puedes echar un vistazo a comparadores de coche como Rentalcars y ver si te sale a cuenta añadir el seguro a todo riesgo desde casa.
Un saludo.